La ambición humana por construir estructuras en las alturas está bien documentada y ha sido objeto de muchos mitos. Situados en los lugares más remotos del planeta, estos cinco templos han sido construidos desafiando las leyes de la naturaleza. Auténticas maravillas de la arquitectura que, ya sea por inspiración divina o buscando unas vistas privilegiadas alejadas de la civilización, no dejan indiferente a nadie.
En la llanura de Tesalia, Grecia, se alzan seis monasterios que fueron construidos sobre la cima de masas rocosas grises, talladas por la erosión. Los más antiguos datan de los siglos XI y XII, y fueron construidos siguiendo un estilo bizantino con interiores repletos de frescos que relatan la historia de los primeros cristianos y cómo eran perseguidos. Los monasterios, que se encuentran a 600 metros de altura, eran más hace años, pero fueron destruidos por las tropas nazis. Por suerte, se han conservado estas seis maravillas.
El monasterio Taktsang o Nido del Tigre es el templo más famoso de Bután. Un lugar sagrado que se encuentra anclado a la pared de un precipicio del Himalaya con una caída de 900 metros. Lo más curioso de este monasterio construido en 1692 es que allí vivió el Gurú Padmasambhava que, según la leyenda, voló hasta él a lomos de una tigresa para someter al demonio del Tigre. El Gurú introdujo el budismo en todo el valle de Paro y lo difundió por todo Bután, convirtiendo al monasterio en un icono.
Estos espectaculares templos budistas se encuentra en Henan, China. Se construyeron en lo alto de las montañas Qinling que dividen China en varias partes, siendo la del templo una de las más altas con 2217 metros de altura. También es un lugar sagrado para el taoísmo, puesto que el fundador de la religión, Laozi, estuvo viviendo como un ermitaño en lo alto de este monte. En honor a él después se construyeron los templos sobre las cumbres junto a estatuas de bronce.
El monasterio de Sumela se construyó hace 1600 años dentro de una cueva, a 1200 metros en un acantilado en el valle de Altındere, Turquía. A lo largo de todos estos años pasó por momentos de esplendor, financiados por los emperadores bizantinos, y momentos de abandono. Dentro del mismo se encuentran numerosos frescos que cubren las paredes y techos de la cueva con motivos religiosos. También se puede ver la iglesia excavada en la roca y un acueducto que atraviesa la piedra para llevar agua al monasterio.
En lo alto de las montañas del distrito de Jae Hom se encuentra un espectáculo distinto al de cualquier otro lugar de Tailandia, con pagodas doradas y blancas esparcidas en lo alto de los picos y sobre los precipicios. Este lugar, conocido popularmente como las montañas de las pagodas flotantes, es todo un misterio, incluso para los tailandeses. Se dice que lo ordenó construir un monje y que las obras fueron llevadas a cabo por 46 trabajadores que tardaron diez años en levantar todo el complejo.
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