En Venezuela se encuentra un paisaje que parece que se aísla de todo lo que lo rodea con sus mesetas cubiertas de nubes. Un paraíso en el estado de Bolívar donde el protagonista es un tepuy y la cascada más alta del planeta. Sin duda, una imagen que parece sacada de nuestros mejores sueños y que ha sido la fuente de inspiración para la conocida película de Disney Pixar Up.
En un remoto rincón del sureste de Venezuela se encuentra una tierra prehistórica de montañas con cimas kilométricas, selvas nebulosas y cientos de cascadas. Los indios pemones llamaban tepuy, u hogar de los espíritus, a estas antiguas mesetas que atraviesan las nubes. Los informes sobre el terreno primitivo enviados por los exploradores victorianos inspiraron a Sir Arthur Conan Doyle a escribir su novela fantástica de 1912 El mundo perdido, sobre una tierra olvidada en la que aún vagaban los dinosaurios.
Es posible que los viajeros de hoy no encuentren dinosaurios, pero los elevados tepuyes, que suelen tener entre 1.524 y 3.048 metros de altura, son verdaderas islas en el cielo, ya que sus escarpadas paredes los separan de la selva tropical circundante. Sus exuberantes hábitats albergan formaciones geológicas y criaturas inusuales, y están repletos de orquídeas, bromelias y plantas carnívoras. Algunos tepuyes tienen casi dos mil millones de años, y los geógrafos creen que son los restos de una meseta del antiguo supercontinente de Gondwana.
El mayor tepuy, el Auyán Tepuí o Auyan-Tepuy, tiene una superficie de 699 km2, y la cascada más alta del mundo, el espectacular Salto Ángel, cae desde una hendidura en su cima. La cascada, que se precipita 979 metros en el río Gauja, debe su nombre al piloto estadounidense Jimmy Angel, que se estrelló aquí en 1937 mientras buscaba oro.
Los ríos llevan poca agua en la estación seca. Visita el lugar durante la temporada de lluvias, de mayo a noviembre, para acceder mejor al Salto Ángel y ver la cascada en su máximo esplendor.
Las excursiones al Salto Ángel comienzan en el pueblo de Canaima, en el parque nacional de Canaima. Solo se puede acceder al pueblo por vía aérea; los visitantes pueden volar desde Caracas, la capital de Venezuela. Varias empresas turísticas ofrecen excursiones guiadas de varios días y viajes por el río; los que quieran gastar más pueden incluso alquilar un helicóptero para sobrevolar los tepuyes.
Sus escarpados flancos verticales hacen que muchos de los tepuyes sean totalmente inaccesibles, pero los viajeros que estén dispuestos a realizar la dura caminata pueden llegar a la cima del monte Roraima. Inexplorado hasta 1884, el Roraima, de 2.180 metros, sobresale por encima de las nubes en la región de la Gran Sabana. Las excursiones guiadas de seis días desde la ciudad de Santa Elena de Uairén conducen a los excursionistas a su cima en forma de meseta, un país de maravillas con cascadas, piscinas naturales revestidas de cuarzo y el Punto Triple, donde se unen las fronteras de Venezuela, Brasil y Guyana.
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