Esculpida en roca maciza, la extraordinaria iglesia de San Jorge (Biet Ghiorgis), en Etiopía, representa una de las maravillas del mundo medieval. Su construcción data de finales del siglo XII y se atribuye al rey Gebre Mesqel Lalibela, que quiso crear una Jerusalén etíope. Desde lo alto de la colina, su localización revela que no se trata de un edificio usual. Solo se vislumbra su techo con forma de cruz, ¡ya que está excavada en una fosa!
Cerca de la ciudad de Lalibela, situada a unos 640 kilómetros al norte de la capital del país, Addis Abeba, se encuentra una increíble colección de iglesias monolíticas excavadas en la roca. Estas once iglesias de roca maciza son uno de los lugares más sagrados de Etiopía. Son todo un testimonio de la habilidad de los canteros medievales del país y la que más destaca es Biet Ghiorgis o iglesia de San Jorge.
La iglesia se levanta sobre una fosa de 25 por 25 por 30 metros. La construcción de Biet Ghiorgis implicó excavar un bloque de piedra independiente del lecho rocoso y eliminar todo el material de desecho que lo rodeaba. Los canteros cincelaron el contorno de la iglesia, dando forma a su exterior e interior. Así, crearon una estructura cruciforme sencilla, pero muy bella, de 12 metros de altura.
Antes de entrar en el edificio, desde lo alto del monte, la primera impresión de la iglesia es su gigantesco techo en forma de cruz griega. Una escalera de ocho peldaños conduce a la entrada principal. El edificio no tiene pilares y parece formado por dos rectángulos que se cruzan. Fue tallado directamente en la base de la roca volcánica maciza, sin ningún otro cimiento. Hay tres bases elegantemente talladas: la de la parte inferior es tan alta como el hombro de un adulto; las otras dos son un poco más cortas.
La iglesia tiene tres portadas orientadas al oeste, nueve ventanas ciegas en el nivel inferior y doce ventanas en el superior. Varias están adornadas con motivos de cruces talladas, mientras que el techo de la estructura contiene una secuencia de cruces griegas en relieve, una dentro de otra. Se accede al patio hundido que rodea la iglesia a través de una zanja y un túnel en descenso. Este contiene una pequeña piscina bautismal y una serie de cuevas en sus paredes verticales que sirven como vivienda para sacerdotes y como tumbas funerarias.
El interior de la iglesia contiene un sencillo relicario de San Jorge y suele haber un sacerdote que muestra libros y pinturas a los visitantes. A la sombra de uno de los brazos de la iglesia con forma de cruz, y tras una cortina cuyo uso está restringido a los sacerdotes, se encuentra una réplica del Arca de la Alianza. Una vez se permitió a un explorador abrirla y la encontró vacía. Nadie fue capaz de decirle qué pasó con su contenido.
Biet Ghiorgis data de finales del siglo XII o principios del XIII d.C. y se cree que se construyó durante el reinado del rey Gebre Mesqel Lalibela, de la última dinastía Zagwe. Hoy sigue siendo un lugar de peregrinación para los miembros de la iglesia ortodoxa etíope Tewahedo. Desde 1978 forma parte del conjunto declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO: iglesias talladas en la roca de Lalibela.
Etiopía aparece en la Biblia hasta 33 veces y también muchas veces en el antiguo Corán. En la ciudad de Lalibela, a media altura de la montaña Roha, en la provincia de Welo, se encuentran las famosas once iglesias excavadas en la roca. Originales del siglo XII, se mantienen en pie en excelentes condiciones. Los visitantes las consideran la octava maravilla del mundo.
Lalibela era en realidad el nombre de un legendario gobernante etíope. El nombre en lengua agaw significa: «la abeja reconoce su poder para gobernar». La leyenda cuenta que cuando Lalibela nació, su madre descubrió un enjambre de abejas a su alrededor. Creyendo que las abejas tenían el poder de adivinar el futuro, su madre gritó: «¡Las abejas saben que el niño será rey en el futuro!».
Cuando Lalibela regresó de un viaje a Jerusalén, se impuso a su hermano y a su hermana, que habían intentado envenenarlo, y ascendió al trono. La leyenda también dice que, mientras estaba en Jerusalén, el rey tuvo una visión en la que se le ordenaba construir las iglesias. Fueron San Jorge y Dios quienes le dieron las instrucciones para crear una nueva Jerusalén etíope.
Así, Lalibela trató de recrear Jerusalén y estructuró el paisaje y los lugares religiosos de las iglesias de forma que se lograra tal hazaña. Las iglesias de Lalibela se agrupan en dos grandes conjuntos, uno que representa la Jerusalén terrenal y otro la Jerusalén celestial. Estos dos grupos están separados por el canal de Yordanos, que representa al río Jordán. Sin embargo, están comunicadas entre sí por túneles y pasadizos.
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