Situadas entre Islandia y Noruega, en el Atlántico Norte (y políticamente parte de Dinamarca), las islas Feroe son un grupo de 18 islas volcánicas autogobernadas que se están convirtiendo en uno de los destinos nórdicos favoritos. Los amantes de la música ya las conocen por sus festivales, pero los aventureros también están empezando a conocer los escarpados acantilados, las rutas de senderismo, cascadas y costas rocosas del archipiélago. Aquí tienes 10 razones para coger el abrigo y poner rumbo a las islas Feroe.
No hay que preocuparse por las multitudes (todavía)
Las 18 islas tienen una población total de unos 50000 habitantes, una gota de agua en comparación con sus vecinos nórdicos, Suecia y Noruega, o con la turística Islandia. La llegada de turistas a las islas Feroe fue de unos dos millones de visitantes en 2019, y solo los visitantes estadounidenses ya superan a los locales.
Una belleza natural inigualable
El archipiélago cuenta con el tipo de paisajes sorprendentes típicos de las islas volcánicas, como montañas erosionadas por el viento, olas que rompen y costas escarpadas como las formaciones rocosas de Drangarnir; dos peñones de piedra marinos que se encuentran entre el islote de Tindhólmur y la isla de Vágar.
Cascadas salidas de un cuadro
Si realizas una rápida búsqueda de imágenes de las islas Feroe, es probable que encuentres más fotos de la cascada de Mulafossur que de cualquier otro lugar del archipiélago. La cascada parece sacada de una novela de fantasía, cayendo sobre los acantilados rocosos de la isla de Vágar hasta el océano, con las verdes colinas del pueblo de Gásadalur como telón de fondo.
Facilidad para viajar
A pesar de su remota ubicación y su accidentado terreno, es más fácil viajar por carretera y recorrer las islas del archipiélago de lo que cabría esperar. Gracias a las infraestructuras relativamente nuevas, como los túneles submarinos que conectan las islas y las carreteras asfaltadas que atraviesan las montañas, llegar a las mejores atracciones del país es relativamente fácil desde principios de la década de los 2000.
Escenarios sacados de la Edad Media
Aparte de Mulafossur, quizá el paisaje más emblemático del país sea la aldea de Saksun, parecida a la Comarca de El señor de los anillos, en la costa noroeste de Streymoy. La aldea y su iglesia de mediados del siglo XIX se asientan en un anfiteatro natural sobre una laguna, con vistas a las montañas que se extienden en todas direcciones.
Un verdadero paraíso para los frailecillos
Si estás deseando contemplar al ave más adorable del planeta, no hay lugar mejor que la pequeña isla de Mykines. Aunque sólo 14 personas viven en la isla más occidental de las Feroe, su terreno escarpado y sus precipitados acantilados atraen a miles de frailecillos que se reproducen durante los meses de verano.
Acantilados sin rival
Una de las excursiones más populares en las Feroe son los viajes en barco a los acantilados de Vestmanna, paredes de roca que se elevan casi 60 metros sobre las aguas del Atlántico en la isla de Streymoy. Los excursionistas pueden disfrutar de la impresionante vista de los acantilados cubiertos de musgo, las oscuras grutas y los miles de pájaros que anidan aquí durante el verano.
Una ilusión óptica que cobra vida
El lago Leitisvatn o Sørvágsvatn, el más grande de las Islas Feroe, parece estar encaramado a cientos de metros por encima del océano y se inclina hacia fuera, pero esta masa de agua es una ilusión óptica. En realidad, el lago se encuentra en una profunda depresión a unos 27 metros sobre el nivel del mar. El escarpado acantilado frente al mar (y los ángulos de la cámara) dan a la masa de agua su aparentemente imposible aspecto «flotante».
Sostenibilidad
Las islas Feroe fueron noticia en 2019 cuando lanzaron la campaña «Cerrado por mantenimiento, abierto para el voluntariado», en la que las Islas Feroe se cerraron completamente a los turistas, aparte de los 100 voluntarios elegidos para ayudar a preservar el territorio de las islas. Para el evento de 2020 (que se reprogramó para 2021), 5886 personas se apuntaron como voluntarios en las primeras 24 horas de inscripción.
Eventos para los amantes de la música
Las principales ciudades europeas son conocidas por sus enérgicos festivales de música, y las islas Feroe ofrecen su propia versión de esa tradición, aunque más discreta. Cada verano, el G! Festival atrae a multitudes a la localidad costera de Gøta, en Eysturoy, con un cartel de actuaciones de electrónica, folk y pop.