Santo Tomé y Príncipe (São Tomé e Príncipe) es una nación llena de belleza: selvas tropicales que cubren onduladas colinas y sirven de telón de fondo a playas fascinantes, aves tropicales que rodean formaciones rocosas de origen volcánico y una vida acuática que patrulla las costas inmaculadas. Tanto la isla de Santo Tomé, la isla mayor, como la de Príncipe, la pequeña, ofrecen experiencias y paisajes inolvidables; algo que no explica que el país sea uno de los menos visitados del mundo.
Un país donde reina la tranquilidad
Si te gusta la tranquilidad, haz un viaje a Santo Tomé y Príncipe, el segundo país más pequeño de África. Sus dos pequeñas islas, elevaciones volcánicas ancladas frente a la costa gabonesa, se ganan fácilmente el corazón de los extranjeros con su esencia luso-criolla y su ambiente relajado. No tardarás en contagiarte del omnipresente estado de ánimo leve leve (que significa, por lo general, «tómatelo con calma»).
El sublime ritmo relajado se ve reforzado por una gran cantidad de atracciones naturales: kilómetros de playas perfectas rodeadas de palmeras, enormes extensiones de selva esmeralda, elevadas cumbres volcánicas y tranquilos pueblos pesqueros. La avifauna es excelente, y las plantas endémicas (especialmente las orquídeas) son abundantes. En temporada, es fácil observar tortugas y ballenas.
Esta nación de dos islas también tiene sus joyas culturales, con un sorprendente número de edificios patrimoniales que se remontan a la época colonial. El turismo sigue siendo discreto y se desarrolla de forma controlada y ecológica. No hay complejos turísticos de mal gusto, sino varios alojamientos locales, atractivos y orientados a la naturaleza.
Ciudad de Santo Tomé
Pasea entre los edificios coloniales de esta encantadora capital. Hay un bullicioso mercado, algunas opciones gastronómicas de calidad, una incipiente actividad artística, una colección de edificios en tonos pastel que se desvanecen y un montón de actividades a sus puertas.
Roça São João
A los expatriados y a los turistas se les nublan los ojos cuando hablan de este edificio de una plantación de la época colonial que se ha convertido en un centro cultural y de ecoturismo. También ofrece alojamiento para aquellos que quieren experimentar Santo Tomé y Príncipe en su esencia más pura. Además, se organizan excursiones en bicicleta y a pie desde la Roça, así como diversos talleres.
Príncipe
Cierra los ojos. Imagínate: un paisaje espectacular de montañas volcánicas cubiertas en su mayor parte por un denso bosque; playas perfectas con aguas transparentes; antiguas fincas de plantación de la época colonial; y los cálidos saludos de los amables lugareños a cada paso. Príncipe es el lugar perfecto para bajar la marcha, pero los que buscan acción no se aburrirán, ya que la isla también ofrece excelentes opciones de senderismo y buceo. La playa das Bananas, que se hizo famosa por un anuncio de Bacardí, es tan espectacular como parece en las fotos.
Cuándo ir
Santo Tomé y Príncipe es una isla de microclimas; con zonas de cielos nublados y lluviosos y zonas de sol al mismo tiempo. Entre marzo y mayo, las lluvias diarias suelen dar paso a cielos azules y temperaturas cálidas para los amantes de la playa. Por otro lado, los meses que van de junio a septiembre son la mejor época del año para visitarla; los excursionistas prefieren el aire fresco y seco y los cielos nublados.
Comida y bebida
Calulu: guiso tradicional elaborado con más de 20 plantas diferentes que puede llevar horas de preparación.
Con-con: pescado asado a la parrilla y servido con fruta de pan horneada.
Pescado o carne: servido con frijoles, arroz o plátanos.
Vino de palma: recién recogido, es uno de los favoritos de los lugareños.
