En el parque nacional Vatnajökull, Islandia, se encuentra Hljóðaklettar, una colección de columnas de basalto dispuestas en todas direcciones que crean formaciones únicas y cuevas arqueadas donde abundan ecos y sonidos espeluznantes. Estas extraordinarias formaciones rocosas son los restos de una antigua hilera de cráteres que han sido erosionados durante siglos. Las que más destacan son conocidas como la Iglesia, el Troll y el Castillo.
Las rocas del eco
Hljóðaklettar es un conjunto de extrañas formaciones rocosas columnares situado en el cañón de Jökulsárgljúfur, que significa cañón del río glacial, en el noreste de Islandia. Algunas de estas formaciones se encuentran en medio del río glacial Jökulsá á Fjöllum, el segundo más largo del país. En realidad son los restos de una antigua hilera de cráteres que han sido erosionados durante siglos por las fuertes corrientes y crecidas del río.
Esta hilera de cráteres de la que forman parte el cono de escoria de Rauðhólar y Hljóðaklettar entró en erupción hace aproximadamente 9.000 años. Ahora solo quedan los cuellos volcánicos, pero una inundación catastrófica en el río glacial de hace 2.500-3.000 años se llevó por delante el material volcánico. Así, el río glacial pasa por las conocidas rocas del eco en su recorrido por el cañón.
El apodo de Hljóðaklettar como rocas del eco deriva de los sonidos o eco que crea el rugiente río glaciar. En ciertos lugares de la zona, los sonidos del río se magnifican con las rocas y, si cierras los ojos, es posible que no sepas de qué dirección provienen en realidad.
Dos rutas de senderismo que parten del aparcamiento del lugar llevan al laberinto de cuellos volcánicos con cuevas y extraordinarias formaciones de columnas de basalto de Hljóðaklettar. Algunas de estas han recibido nombres, como Kastali (el Castillo), Kirkjan (la Iglesia), Skuggi (la Sombra) y Tröllið (el Troll).
Tröllið, el Troll de Hljóðaklettar
La formación conocida como Tröllið, o el Troll, es la que más destaca, aunque muchas rocas de Islandia llevan este nombre. Hay muchos relatos antiguos en el folclore islandés que hablan de los encuentros de los trols con los habitantes de Islandia. Según la tradición, el trol de Hljóðaklettar se convirtió en piedra cuando le sorprendieron los primeros rayos del sol. Estos seres nocturnos no toleran la luz del día.
De las dos rutas de senderismo para visitar Hljóðaklettar, la más corta (media hora) tiene 1,2 kilómetros de ida y vuelta desde el aparcamiento. Esta caminata es fácil y girando a la derecha, cerca del río glaciar, conduce al lado este del Troll; una parada muy popular para hacer fotos. En este lugar, la roca basáltica adopta la forma de rosetas y remolinos y, entre ellas, se observa una erosión en forma de panal.
Kastali, el Castillo
A pocos pasos del Troll, aparece Kastali o el Castillo. Esta formación cuenta con dos enormes rocas que le dan un aspecto de fortaleza, de ahí su nombre. Se encuentra en la orilla opuesta del río Jökulsá á Fjöllum y es un afloramiento compuesto por dos rocas, una de las cuales funciona como la fortaleza del castillo y otra que se asemeja a una torreta; como una pequeña torre en la fortaleza.
Kirkjan, la Iglesia de Hljóðaklettar
La otra ruta es conocida como el círculo de Hljóðaklettar y, con sus 3 kilómetros, es más larga y exigente, pero vale la pena el esfuerzo para disfrutar del paisaje tan increíble que ofrece. Requiere alrededor de una hora y media para completarla. Comienza junto al Troll y continúa hasta la formación rocosa llamada Kirkjan o la Iglesia, el lugar más famoso de las rocas del eco.
La Iglesia es una hermosa cueva con forma de arco simétrico que impacta por sus grandes dimensiones. De hecho, las fotos que se hacen los turistas en el lugar evidencian lo pequeños que somos en comparación con esta formación. Al entrar en la cueva desde el arco de Kirkjan, podrás ser testigo de la razón por la que Hljóðaklettar es famosa por una acústica poco común. Además, cuenta con todo tipo de columnas de basalto: diagonales, horizontales y verticales.
Skuggi, la Sombra
Después de visitar la Iglesia, sigue hacia el oeste (a la izquierda) donde unos escalones de piedra conducen a un sendero detrás de las rocas. Allí podrás contemplar extrañas formaciones rocosas e infinidad de columnas de basalto. Una de las rocas está llena de pequeñas cuevas. Se llama Skuggi o la roca de la Sombra. Haciendo honor a su nombre, la roca tiene un aspecto sombrío y siniestro.
Después de pasar por la roca de la Sombra, un pequeño desvío del sendero principal te dará la oportunidad de ver el aspecto de la Iglesia desde arriba. El círculo termina junto al Troll y desde allí un corto paseo te llevará de vuelta al aparcamiento.
Cómo llegar a Hljóðaklettar
Se puede llegar a Hljóðaklettar desde la carretera número 862, en el lado oeste del cañón de Jökulsárgljúfur. Viniendo desde la carretera de circunvalación número 1, hay que conducir unos 39 kilómetros y girar a la derecha en la carretera de grava número 888.
Hay que bajar una colina empinada hacia el valle de Vesturdalur, donde se ve una zona de acampada. Gira a la izquierda y conduce una corta distancia en dirección al río glacial Jökulsá á Fjöllum hasta llegar al aparcamiento junto a Hljóðaklettar. La carretera 862 se pavimentó en 2020 hasta la carretera 85.