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Fiordo de Geiranger, la joya de la corona de Noruega

fiordo de Geiranger

Érase una vez un lugar con imponentes picos montañosos cubiertos de nieve, cascadas salvajes y una vegetación exuberante. No es solo un cuento de hadas; en la zona del fiordo de Geiranger, es una realidad. Las impresionantes vistas que proporciona este fiordo noruego, Patrimonio de la Humanidad, son el lugar perfecto para todo amante de la naturaleza. De hecho, se dice que es el más espectacular de todos.

Origen del fiordo de Geiranger

Fiordo proviene de una palabra noruega, fjord, que se ha internacionalizado. Se cree que es un antiguo término que utilizaban los vikingos para designar cuerpos de agua que se utilizaban para navegar, parecidos a los lagos. Estos fiordos y las altas montañas fueron modelados por los glaciares que, en varias ocasiones durante las distintas glaciaciones, cubrieron tanto Noruega como los mares circundantes.

El valle con el fiordo de Geiranger al fondo
El valle con el fiordo de Geiranger al fondo

Un glaciar se crea cuando los cristales de hielo se compactan a medida que se acumulan capas de nieve. Cuando el hielo permanece en su lugar durante unos años, se denomina glaciar. Tal es el tamaño y el peso de un glaciar que la gravedad hace que se mueva cuando supera los 25 metros de espesor. El hielo, junto a las piedras y grava que arrastra, va erosionando el lecho rocoso y, en miles de años, esto crea valles en forma de U.

Cuando los glaciares se derritieron al final del último período glacial, el nivel del mar subió considerablemente. Esto hizo que los valles se llenaran de agua y se convirtieran en los fiordos que conocemos hoy. Así, la enorme fuerza de los glaciares esculpió el enorme cañón del fiordo de Geiranger con montañas de 1600 metros de altura y una profundidad de 250 metros.

Impresionantes vistas del fiordo y las montañas

Tras la retirada de los glaciares, el paisaje se fue cubriendo de vegetación y las montañas se vistieron de abedules, brezo y musgo. Después, los animales y el hombre se unieron y encontramos restos de fosos y refugios con miles de años de antigüedad entre las montañas que rodean el fiordo de Geiranger. Pero los habitantes más recientes del fiordo son mucho más conocidos, con el pequeño pueblo de Geiranger.

Características

El fiordo de Geiranger (Geirangerfjorden) es un fiordo de la región de Sunnmøre, en el condado de Møre og Romsdal, Noruega. Pertenece en su totalidad al municipio de Stranda. Es una rama de 15 kilómetros de longitud y 1,5 de anchura máxima del Sunnylvsfjorden, que a su vez es una ramificación del Storfjorden (Gran Fiordo). El pequeño pueblo de Geiranger se encuentra al final del fiordo, donde desemboca el río Geirangelva.

Una de las curvas que hace el fiordo de Geiranger

Geirangerfjorden es uno de los lugares turísticos más visitados de Noruega. En 2005, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto con el fiordo de Nærøy. El de Geiranger está rodeado por algunas de las montañas más escarpadas de toda la costa occidental. Además, cuenta con impresionantes cascadas que se precipitan hacia el fiordo en una bruma ligera. Las más conocidas son De syv søstrene, Friaren y Brudesløret.

A pesar de la dificultad que suponen las abruptas montañas, hay algunas granjas que se han atrevido a superar los caminos peligrosos que serpentean alrededor de pronunciados precipicios y por puentes fijados a la montaña con pernos y anillos de hierro. Esto prueba de manera muy significativa los notables esfuerzos de ingenio que el ser humano ha sido capaz de desarrollar ante los desafíos de la naturaleza.

Cascadas del fiordo de Geiranger

Son varias las cascadas que vierten sus aguas en el fiordo de forma casi vertical por las paredes montañosas que lo rodean. Entre ellas las que más destacan son las tres que vemos a continuación, ocultas entre los acantilados y desprendiendo velos de vapor de agua que crean un ambiente mágico jugando con arcoíris.

Cascada de las Siete Hermanas (De Syv Søstrene)

Se trata de la más famosa de las numerosas cascadas del fiordo. Las Siete Hermanas es un conjunto de siete estrechas corrientes de agua que caen por el acantilado rocoso hacia el fiordo desde una altura de 410 metros, incluyendo una caída libre de hasta 250 metros.

Cascada de las Siete Hermanas fiordo de Geiranger
Cascada de las Siete Hermanas

Cascada del Pretendiente (Friaren)

Esta cascada se encuentra enfrente de la anterior. Según la leyenda que le da nombre, las corrientes de la cascada de las Siete Hermanas bailan mientras descienden. Al otro lado del fiordo, la cascada del Pretendiente coquetea con ellas desde lejos.

Cascada del Pretendiente fiordo de Geiranger
Cascada del Pretendiente

Cascada del Velo de la Novia (Brudesløret)

El nombre de esta cascada se debe a que sus aguas caen delicadamente sobre un borde rocoso y, cuando se ve a contraluz por el sol, tiene la apariencia de un fino velo sobre las rocas.

Cultura local en Geiranger

En el primer tramo del fiordo hay pequeñas ciudades y pueblos acogedores como Sula, en la orilla norte del fiordo, y los asentamientos que en su día fueron centros de caza de focas del Ártico. Estas poblaciones se dedican a negocios locales como la producción de muebles, el suministro de pizza congelada a toda Noruega o la producción de cerveza. Por otro lado, la actividad humana se limita a pequeñas granjas en la sección media del fiordo por la presencia de las montañas.

Granjas de montaña

Cabaña de Skageflå sobre el fiordo de Geiranger
Cabaña de Skageflå sobre el fiordo de Geiranger

Justo al norte de la cascada de las Siete Hermanas, el conjunto de construcciones de madera de la granja de Knivsflå fue abandonado en 1898 debido al creciente riesgo de avalancha y caída de rocas. En el lado opuesto del fiordo y encaramada en un saliente de la montaña a 270 metros sobre el fiordo, la granja de Skageflå alcanzó notoriedad en 1993, cuando los reyes Harald y Sonja de Noruega celebraron sus bodas de plata en su aislado entorno.

El pueblo de Geiranger

Durante unas horas todos los días del verano, Geiranger pasa de ser un tranquilo retiro rural a un caótico centro turístico, ya que enormes cruceros y autobuses repletos de visitantes invaden la pequeña aldea. A pesar de su pequeño tamaño, la afluencia de turistas durante el verano hace que haya numerosas tiendas, restaurantes y cafés para mantener a los visitantes ocupados.

Pueblo de Geiranger
Pueblo de Geiranger

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