A lo largo de la historia, han sido muchas las creaciones del ser humano que se han convertido en auténticas maravillas del mundo. Sin embargo, no hay nada más inspirador e impresionante que aquellos lugares que han sido esculpidos por la naturaleza.
Auténticas maravillas que, ya sea como resultado de la erosión, el transporte, la sedimentación o procesos internos, dejan sin respiración a cualquiera. A continuación te mostramos 8 lugares increíbles que han sido creados por la naturaleza.
1. Cañón de Stuðlagil
Este cañón de basalto se encuentra en Islandia, en el valle glaciar Jökuldalur. Es un tesoro escondido esculpido por la naturaleza que cuenta con el mayor número de columnas de basalto del país. Además, es también impresionante el contraste que crea con el intenso color azul del río glaciar Jökulsá y la infinita naturaleza que lo rodea.
El cañón de Stuðlagil se creó cuando la fuerza del río fue tal que se abrió paso desde las montañas hasta el norte de la isla. Durante mucho tiempo, gran parte del cañón estuvo bajo el agua hasta que, al construir una presa, esta bajó y descubrió estos patrones esculpidos que se asemejan a una catedral de columnas geométricas.
2. Cañón de los Perdidos
Siguiendo con impresionantes cañones esculpidos por la naturaleza, hay que destacar este que se encuentra en Ica, Perú. Lo más curioso es que se descubrió en 2011, cuando se decidió explorar el lugar y solo llegó un coche de los dos que debían ir. Así, adquirió el nombre de cañón de los Perdidos, ya que se perdieron en el desierto al intentar llegar.
El cañón se creó por la erosión del río Seco a lo largo de un total de dos kilómetros hasta llegar al río Ica, dejando un desnivel de entre 200 y 300 metros. A pesar de que el cañón esté seco, en torno a la mitad del recorrido se pueden encontrar lagunas formadas por las aguas subterráneas. Toda una atracción turística que no deja indiferente a nadie.
3. Gruta de Fingal
La gruta de Fingal, que en gaélico escocés significa «gruta de la melodía», es una cueva marina situada en el islote de Staffa, Escocia. Este lugar pertenece al archipiélago de las Hébridas interiores, formando parte de una reserva natural. La cueva fue descubierta en 1772 y se le dio el nombre de Gruta de Fingal en honor al héroe de un poema.
Formada por columnas de basalto hexagonales, guarda parecido con la Calzada de los Gigantes de Irlanda del Norte. De hecho, ambas comparten el mismo origen al formarse por la misma colada de lava. Otra catedral esculpida por la naturaleza que impresiona con su tamaño, sus techos de arcos naturales y el sonido del eco de las olas que alberga.
4. Lago Leitisvatn en las Islas Feroe
Estas islas que se caracterizan por no tener bosques y ser todo praderas y acantilados cuentan con un lugar que muchos cuando lo ven no se creen que sea real. Concretamente, en la isla de Vágar, el lago Leitisvatn parece una ilusión óptica que desafía a la lógica, con sus 30 metros sobre el nivel del mar y su localización junto a un acantilado.
Según el lado por donde se mire, este lago parece estar inclinado hacia el mar y da la impresión de que, en cualquier momento, el agua se va a caer desde las alturas. Sin embargo, el nivel del lago se mantiene constante y desemboca en la cascada Bøsdalafossur, que se encuentra en uno de sus extremos. También es conocido como lago Sørvágsvatn.
5. Capillas de Mármol de Chile
Otra obra esculpida por la naturaleza que se encuentra en el lago General Carrera, frente al pueblo Puerto Río Tranquilo en Chile. Como su nombre indica, las Capillas de Mármol están compuestas de carbonato de calcio con capas de distintos colores. La erosión del viento y el agua del lago dejan como resultado esas formaciones que se elevan hasta 25 metros.
Aunque en ocasiones se hace referencia a ellas como una, en total son varias formaciones geológicas. Destacan dos de ellas con nombre propio: la Catedral de Mármol y la Capilla de Mármol; aunque también hay cavernas y cuevas impresionantes. Existen varios recorridos en lancha para verlas y, en algunos casos, se pueden recorrer interiormente.
6. Prismas basálticos de Santa María Regla
No es Islandia; se trata de los prismas basálticos de Santa María Regla en Huasca de Ocampo, México. Están bañados por cuatro saltos de agua y pilares de 0,8 m de diámetro y de hasta 40 metros de altura. Uno de los lugares esculpidos por la naturaleza que se formó hace 2,5 millones de años, al enfriarse la lava lentamente.
A lo largo de la historia, los prismas han sido conocidos primero por los aztecas, después por los españoles que trazaron dibujos de los mismos y después numerosos exploradores europeos. Muchos de ellos acudían atraídos por las minas cercanas y se encontraban con una de las maravillas naturales más representativas de México.
7. Parque forestal nacional de Zhangjiajie
En Wulingyuan, China, se encuentra uno de los lugares esculpidos por la naturaleza que inspiró al director de la película más taquillera de la historia: James Cameron y Avatar (su planeta Pandora). El escenario real, el Parque de Zhangjiajie, tiene 400 millones de años, creado por patrones irregulares en la corteza terrestre y 300 millones de años de erosión.
Este paisaje de otro mundo, con más de 3100 pilares de piedra, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y Geoparque Mundial por la Unesco. Todo un bosque de piedra al que también se le conoce como Las columnas del cielo del Sur. Además, en esta zona se encuentra la Puerta del Cielo que tampoco te dejará indiferente.
8. Calzada del Gigante
Otro de los espectáculos esculpidos por la naturaleza es una formación geológica de 40.000 columnas de basalto. Un lugar impresionante que se encuentra en Irlanda del Norte y que surgió debido a un rápido enfriamiento de la lava hace 60 millones de años. El nombre de Calzada del Gigante proviene de una leyenda irlandesa.
En ella, dos gigantes siempre peleaban tirándose piedras, formando un campo de piedras sobre el mar. Cuando el más fuerte decidió derrotar al otro gigante, este último se disfrazó de bebé y lo ahuyentó, al creer que su padre sería el triple de grande si su bebé era así. Mientras huía, hundía las rocas en el mar para que no viniera a por él.